El mundo de las ideas nunca volvió a ser el mismo. Hace 150 años que Charles Darwin publicó ‘El origen de las especies’, y abrió una nueva era para la ciencia. Pero para que el naturalista inglés elaborara la teoría de la evolución, antes tuvo que ver mucho mundo. Esto es lo que relata ‘El Viaje de Darwin’, un apasionante tebeo de José Fonollosa (Vinaròs, Castellón, 1975).

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Fonollosa, autor de ‘Billy Bob’ y ‘Sebastian Lefou’, emprende con esta serie la recreación de, quizás, la etapa más importante de Darwin, cuando, en 1831, zarpó a bordo del HMS Beagle para recorrer medio mundo. El autor relata este viaje lleno de ciencia y, sobre todo, aventuras, a través de una entrevista electrónica.


– ¿Cómo surgió la idea de un tebeo sobre la vida de Darwin?

Surgió en una cena con amigos del mundillo en el salón del cómic de Granada del año pasado.  Lo bueno que tienen estos salones, ademas del trato con los lectores, es que tienes tres o cuatro días donde hablas e intercambias ideas con otros autores. Normalmente esas ideas se quedan en el cajón, pero en este caso no fue así.  En concreto la conversación surgió a raíz de que Tayra Lanuza, pareja del dibujante Jordi Bayarri, estaba preparando una exposición para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin… Y lo que empezó como una broma en mitad de una cena se transformó en una investigación previa de la vida del personaje. Cuando vi que, efectivamente, allí había una historia, el proyecto arrancó en toda regla.

-¿Cómo te planteaste afrontar este proyecto?

Cuando tuve claro que la obra iba a empezar y acabar en el periodo que transcurre desde que el HMS Beagle parte de Inglaterra hasta que este llegó a las islas Galápago todo fue tomando forma. El viaje como símbolo de autoafirmación de la persona. Charles Darwin no era un gran naturalista cuando embarco en el HMS Beagle, ni pretendía cambiar el concepto de la vida en ningún momento. Cuando embarcó simplemente era un joven que estaba huyendo de una vida planificada por un severo padre. Así de sencillo.  Ahí estaba la gran historia.

-¿Hay mucho trabajo detrás?

Obviamente la documentación ha sido una parte importante de este proyecto. Afortunadamente hay multitud de biografías y obras del propio Charles Darwin donde se narra su vida.

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José Fonollosa ha comparado en su blog el original y la 'copia'.

– ¿Has sido fiel al relato de Darwin o te has tomado libertades para  darle más interés?

Pienso que sí que he sido fiel a Charles Darwin. Obviamente en toda recreación histórica se toman licencias, por muy fiel que quieras ser. Aunque no me he obsesionado con el rigor histórico, he pretendido que ‘todo esté en su sitio’ y mantener tanto la cronología del viaje, como el trayecto o los personajes fundamentales de la tripulación.

El cómic se acerca bastante a un tebeo de aventuras clásico. ¿Era tu intención o venía con el personaje y su época?

Un poco de las dos cosas. Supongo que si dibujas a una persona con levita y patillas no puedes evitar en pensar en una historia de piratas o un drama de Jane Austen. Ahora en serio, cuando me planteé el proyecto de ‘El viaje de Darwin’ quería que cualquier persona pudiera acercarse a él, tanto un niño como una persona de edad interesada por su contenido histórico. Es por eso que pretendí una narración clara, sin demasiados artificios y quizás por eso tiene un sabor clásico (espero que en el buen sentido de la palabra).

No utilizas textos de apoyo, algo a lo que se recurre bastante en los cómics históricos… ¿Crees que entorpecen la lectura más que ayudan?

Los textos de apoyo son una herramienta dentro del medio que son tan dignos como cualquier otro. Joe Sacco, por ejemplo, en su cómic Palestina utiliza bloques de texto que se alargan durante páginas y páginas y no por eso entorpecen su lectura. En mi caso sí que fue intencionado el evitar usar grandes bloques de texto por el rechazo inicial que produce a algunos lectores el cómic histórico. Cuando el lector abra el cómic espero que vea una historia de viajes y aventuras , no  un tocho donde te explican de pe a pa todos y cada uno de los especímenes que fue estudiando Darwin a lo largo de cinco años.  Si después de leerlo alguien sigue interesado por la vida del naturalista, hay decenas de biografías donde podrá encontrar datos con los que completar su historia.

-En el primer número, no vemos historia de la ciencia, sino la vida de un hombre que emprende una aventura… ¿Has tratado de evitar que fuera un manual en viñetas?

Lo genial de la vida de Charles Darwin es que no es necesario evitar eso. Es que realmente fue así.  Darwin era un aficionado a la botánica y a la geología, pero nada mas.  Fue años después de volver a Inglaterra cuando empezó a publicar sus ensayos y, a los 50 años, cuando escribió su origen de las especies, su obra más conocida y polémica. Por supuesto que he intentado evitar que mi cómic se transformara en un manual en viñetas. No es lo que yo quiero contar, yo quiero que el lector pase un rato divertido leyendo las desventuras de un joven inglés dando la vuelta al mundo.

-El dibujo está al servicio de la historia…

No sé como tomármelo. Suena un poco como lo de «tengo una amiga que es muy simpatica» ¿no crees? Premeditadamente he buscado claridad narrativa, eso esta claro.  En este tipo de historias creo que es una buena elección (no la única). Lo que he buscado y espero haber conseguido es que su lectura sea muy fluida, facilitar al lector el entrar en ese mundo. Que esa elección ha sido la adecuada o no solo el tiempo lo dirá

-Guión, dibujo y color… A pesar de ser una biografía, ¿es tu obra más personal?

Pues nunca me lo había planteado así, pero quizás sea cierto… Ademas, estoy disfrutando como un enano haciéndola y eso espero que se transmita en el resultado final.

Una serie de cinco tomos sobre un naturalista. Por mucho Darwin que sea… ¿No es un poco aventurado, en esta época de ‘narutos’?

También se puede plantear como cinco tomos sobre un viaje alrededor del mundo en el siglo XIX, ¿no? No solo de Naruto vive el hombre (espero) y creo que las dos obras pueden cohabitar sin ningun problema. Estos ultimos años ha habido sorpresas editoriales como Arrugas o Esther (por nombrar producto nacional) o Persepolis. Obras que, mirandolas objetivamente, están a las antípodas del gusto del «friki medio» y han sido absolutos superventas.  Eso hace pensar que hay por ahí escondidos un gran numero de lectores potenciales, lo que pasa es que hay que saber como encontrarlos.  Esa es la pregunta del millon, ¿Cómo encontrar a esos lectores? ‘El viaje de Darwin’ espero que se haga un hueco, con una manera sencilla y relajada, entre esos lectores.

‘El viaje de Darwin’ ya está a la venta en su librería especializada favorita o en la web de Planetacómic.